martes, 18 de octubre de 2011

Y en el fragor de las palabras
entra también la noche.

Caballero Bonald.

Entra la noche en los bosques
humana alfombra que cubre
innombrables esquinas de mi alma
que la Historia no puede lapidar.
entra la noche en las aves,
de las ramas torcidas del manzano,
vaciando las copas que las sombras
beben en la oscuridad.
Entra la noche en los pasos
lentos del pasado: en el olvido.
cierra los ojos del hombre
que no soporta su debilidad.
entra la noche ávida en las distancias
convexas de tus sábanas
en el hombre y su costilla
que bailan en la aguja de esta noche.

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