¡Ellos, los asesinos,
se llevaron tan lejos la alegría!
Javier Egea
Por el amor del mundo
cuando el mundo está en los huesos
Charly Efe
Estamos
hasta
los huesos
y
no nos queda
nada
más
que
nuestros huesos.
Primero
nos llevaron al dentista
y
nos arrancaron
las
muelas
los
incisivos
hasta
los colmillos,
nos
quitaron las muelas del juicio
hicieron
que perdiéramos el juicio
estamos
condenados sin juicio
a
pensar
con
nuestros huesos,
después
nos llevaron al oculista
para
que nos pintasen el iris
de
negro
para
que no distinguiéramos
el
rojo del morado
la
inocencia de los niños corriendo por las plazas
la
polla
del
corazón,
y
ya no podemos distinguir
nada
no
podemos ver
nada
más
que
nuestros huesos,
porque
creyeron que sin ojos
no
tendríamos ojeras
adentro.
Después
nos metieron en la peluquería
nos
arrancaron los tintes
las
rastas
las
melenas
como
si la rebeldía nuestra
fuera
a esfumarse con
nuestros
pechos de lobo…
y
siguieron adelante
y
seguimos adelante
y
nos llevaron al dermatólogo
a
la quimio
hasta
la puta operación bikini nos llevaron
por nuestro bien -decían-
nos
quemaron la piel
¡nos
quemaron tanto!
nos
fueron arrancando poro a poro
nuestra
constitución
para
que ellos pudieran confeccionarse
en
su quirófano
su
propia
Constitución…
nos
dejaron sin piel
porque
no sabían
que
las cicatrices iban por dentro.
Nos
quitaron los tendones
los
músculos
la
esperanza,
nos
desnudaron
porque
creían
que
estábamos perdiendo
y
que ellos,
estaban
ganando.
Lo
que no sabían
y
lo que estamos empezando a comprender
es
que
somos
un puñado de huesos
un
par de huesos
y
lo demás
no
importa,
porque
en los huesos caben las cicatrices,
las
ojeras, el juicio
hasta
la rebeldía…
Y
aún se atreven
a
preguntarnos cómo estamos
y
no pienso esperar cuatro años más
para
decírselo:
¡HAS-TA-LOS-HUE-SOS,
ES-TA-MOS-HAS-TA-LOS-HUEESOOS
HAS-TA-LOS-HUEEEEE-SOOOOOOS
ES-TA-MOS-HAAS-TA-LOS-HUEESOOOS!!
¿y
qué?
si
ahora
ahora
tenemos
la fórmula:
sentimos
más el frío
en
las palabras que suenan desde el televisor
-¡qué
no se lo cree ni tu madreeee!-
sentimos
más el calor
nos
duelen más los besos
nos
duele más la orina
que
cae
sobre
las lágrimas de calcio
que
se han ido amontonando
religiosamente
para
hacer la cola del INEM,
ahora
sentimos
más
y
vivimos menos
porque
estamos viviendo
hasta
los huesos
follados
hasta
los huesos
enamorados
hasta
los huesos
puestos
de cerveza y coca
hasta
los huesos.
Ahora
que estamos hasta los huesos
toca
pensar
en lo que hemos hecho
quién
decidió que estábamos en el único barco
del
océano
quién
dijo
que
los tontos que se estaban arriesgando
a bañarse
con
los tiburones del océano
eran
los indios del Ganges
los
mayas y sus sacrificios
los
rusos que creyeron en la revolución
los
egipcios que se comían a Osiris
los
griegos que creían en el oráculo…
fuimos
nosotros,
nosotros
los
que nos comemos a nuestro semi-dios cada domingo
los
que nos comemos nuestras palabras cada cuatro años
los
que nos comemos la comida de los demás tontos
del planeta
que
somos nosotros
los
que creímos que la Historia acabaría en el muro de Berlín
los
que creímos que eternidad era más que
un concepto fruto de nuestra imaginación
los
que creímos que no tendríamos hijos que nos fuesen a refutar el tiempo que
vivimos.
Que
nos hemos subido a un barco
en
el que sobran capitanes
-y
que son más piratas que nosotros mismos-,
que
nos hemos dedicado
a
ir contra la vida,
que
a nuestras mentiras
las
hemos llamado ciencia
y
a sus verdades
las
hemos llamado culturas inferiores
que
hemos criado el miedo en nuestros ojos
a
nadar
y
ahora
lo
único que nos queda
para
engañarnos
es
la droga
ahora
que nos han arrancado la boca
que
estamos hasta las narices
que
nos han chupado la sangre…
aquí
el más valiente de nosotros
es
el que no se droga
es
el que no se engaña
porque
estamos hasta los huesos en esto.
Y
ahora
que
tengan…
COJONES
a
mirarse a ellos mismos
a
quitarse las botas
que
curtieron con nuestros sesos
que
se quiten las pulseras
que
se hicieron con nuestras cadenas
para
volar,
que
se quiten las pelucas
que
se hicieron con nuestras rastas
para
esconder sus complejos,
que
tengan cojones
a
asomarse al océano
a
ver si ven
a
su semi-dios
bañándose
con nosotros,
a
nuestra derecha,
a
ver si ven a la felicidad
bañándose
con nosotros
a
ver si ven a la sensación de estar vivos
bañándose
con nosotros
con
los piratas
con
los tiburones
que
no le tenemos miedo a morir
porque
si vamos a morir
es
porque
estamos vivos ahora
estamos
más vivos
que
ellos,
porque
somos más que ellos
y
tenemos
más
huesos
que
ellos,
que
se quiten los abrigos
que
se hicieron con nuestros poros
que
se arranquen los collares
que
fueron nuestros tendones
que
se miren,
como
unos putos esqueletos,
que
se miren
con
nuestros propios ojos negros
por
una puta vez
al
espejo
que
se miren
entre
toda la mierda
la
esperanza
la
fuerza
el
cariño
que
creían que iban a recuperar
si
dejaban de ser esqueletos gracias
a
nuestras bocas, a nuestras ojos, a nuestra sangre…
que
se miren
a
ver
si
encuentran en ellos
unos…
HUEVOS
tan
grandes
como
los nuestros.