domingo, 16 de diciembre de 2012

Hasta los huesos



¡Ellos, los asesinos,
se llevaron tan lejos la alegría!

Javier Egea

Por el amor del mundo
cuando el mundo está en los huesos

Charly Efe


Estamos
hasta los huesos
y no nos queda
nada más
que nuestros huesos.

Primero nos llevaron al dentista
y nos arrancaron
las muelas
los incisivos
hasta los colmillos,
nos quitaron las muelas del juicio
hicieron que perdiéramos el juicio
estamos condenados sin juicio
a pensar
con nuestros huesos,

después nos llevaron al oculista
para que nos pintasen el iris
de negro
para que no distinguiéramos
el rojo del morado
la inocencia de los niños corriendo por las plazas
la polla
del corazón,
y ya no podemos distinguir
nada
no podemos ver
nada
más
que nuestros huesos,
porque creyeron que sin ojos
no tendríamos ojeras
adentro.

Después nos metieron en la peluquería
nos arrancaron los tintes
las rastas
las melenas
como si la rebeldía nuestra
fuera a esfumarse con
nuestros pechos de lobo…

y siguieron adelante
y seguimos adelante

y nos llevaron al dermatólogo
a la quimio
hasta la puta operación bikini nos llevaron
por nuestro bien -decían-
nos quemaron la piel
¡nos quemaron tanto!
nos fueron arrancando poro a poro
nuestra constitución
para que ellos pudieran confeccionarse
en su quirófano
su propia
Constitución…
nos dejaron sin piel
porque no sabían
que las cicatrices iban por dentro.

Nos quitaron los tendones
los músculos
la esperanza,
nos desnudaron
porque creían
que estábamos perdiendo
y que ellos,
estaban ganando.
Lo que no sabían
y lo que estamos empezando a comprender
es que
somos un puñado de huesos
un par de huesos
y lo demás
no
importa,
porque en los huesos caben las cicatrices,
las ojeras, el juicio
hasta la rebeldía…

Y aún se atreven
a preguntarnos cómo estamos
y no pienso esperar cuatro años más
para decírselo:

¡HAS-TA-LOS-HUE-SOS,
ES-TA-MOS-HAS-TA-LOS-HUEESOOS
HAS-TA-LOS-HUEEEEE-SOOOOOOS
ES-TA-MOS-HAAS-TA-LOS-HUEESOOOS!!

¿y qué?
si ahora
ahora
tenemos la fórmula:
sentimos más el frío
en las palabras que suenan desde el televisor
-¡qué no se lo cree ni tu madreeee!-
sentimos más el calor
nos duelen más los besos
nos duele más la orina
que cae
sobre las lágrimas de calcio
que se han ido amontonando
religiosamente
para hacer la cola del INEM,
ahora
sentimos más
y vivimos menos
porque estamos viviendo
hasta los huesos
follados
hasta los huesos
enamorados
hasta los huesos
puestos de cerveza y coca
hasta los huesos.

Ahora que estamos hasta los huesos
toca
pensar en lo que hemos hecho
quién decidió que estábamos en el único barco
del océano
quién dijo
que los tontos que se estaban arriesgando a bañarse
con los tiburones del océano
eran los indios del Ganges
los mayas y sus sacrificios
los rusos que creyeron en la revolución
los egipcios que se comían a Osiris
los griegos que creían en el oráculo…

fuimos nosotros,
nosotros
los que nos comemos a nuestro semi-dios cada domingo
los que nos comemos nuestras palabras cada cuatro años
los que nos comemos la comida de los demás tontos del planeta
que somos nosotros
los que creímos que la Historia acabaría en el muro de Berlín
los que creímos que eternidad era más que un concepto fruto de nuestra imaginación
los que creímos que no tendríamos hijos que nos fuesen a refutar el tiempo que vivimos.
Que nos hemos subido a un barco
en el que sobran capitanes
-y que son más piratas que nosotros mismos-,
que nos hemos dedicado
a ir contra la vida,
que a nuestras mentiras
las hemos llamado ciencia
y a sus verdades
las hemos llamado culturas inferiores
que hemos criado el miedo en nuestros ojos
a nadar
y ahora
lo único que nos queda
para engañarnos
es la droga
ahora que nos han arrancado la boca
que estamos hasta las narices
que nos han chupado la sangre…
aquí el más valiente de nosotros
es el que no se droga
es el que no se engaña
porque estamos hasta  los huesos en esto.

Y ahora
que tengan…

COJONES

a mirarse a ellos mismos
a quitarse las botas
que curtieron con nuestros sesos
que se quiten las pulseras
que se hicieron con nuestras cadenas
para volar,
que se quiten las pelucas
que se hicieron con nuestras rastas
para esconder sus complejos,
que tengan cojones
a asomarse al océano
a ver si ven
a su semi-dios
bañándose con nosotros,
a nuestra derecha,
a ver si ven a la felicidad
bañándose con nosotros
a ver si ven a la sensación de estar vivos
bañándose con nosotros
con los piratas
con los tiburones
que no le tenemos miedo a morir
porque si vamos a morir
es
porque estamos vivos ahora
estamos más vivos
que ellos,
porque somos más que ellos
y tenemos
más huesos
que ellos,
que se quiten los abrigos
que se hicieron con nuestros poros
que se arranquen los collares
que fueron nuestros tendones
que se miren,
como unos putos esqueletos,
que se miren
con nuestros propios ojos negros
por una puta vez
al espejo
que se miren
entre toda la mierda
la esperanza
la fuerza
el cariño
que creían que iban a recuperar
si dejaban de ser esqueletos gracias
a nuestras bocas, a nuestras ojos, a nuestra sangre…
que se miren
a ver
si encuentran en ellos
unos…

HUEVOS       

tan grandes
como los nuestros.