Si
no tienes motivos
para
levantarte de la cama
no
te levantes,
pero
las horas se siguen estirando
como
esta puta empanadilla
que
te has llevado a la boca
porque
no podías más,
y
es que se nota
joder
que
hoy es domingo
y
aunque
hayamos
jugado
tantas veces
a
que los domingos
no
sean domingos
hoy,
que
miro al techo
desde
la almohada
como
el que mira
a
ese puto monstruo de la sábana
que
nunca dejará
de
darme miedo
hoy,
que siento mi cabeza
como
una centrifugadora
y
encima
sin
excusas
alcohólicas
o
estupefacientes
a
las que echarle la culpa
de
que me sienta
viejo
hoy,
que
la soledad
significa
sin
ti
hoy,
me
parece
que
sigue
siendo
domingo
igual
que
ayer.