martes, 27 de noviembre de 2012

Domingo


Si no tienes motivos
para levantarte de la cama
no te levantes,

pero las horas se siguen estirando
como esta puta empanadilla
que te has llevado a la boca
porque no podías más,
y es que se nota
joder
que hoy es domingo
y
aunque hayamos
jugado tantas veces
a que los domingos
no sean domingos

hoy,
que miro al techo
desde la almohada
como el que mira
a ese puto monstruo de la sábana
que nunca dejará
de darme miedo

hoy, que siento mi cabeza
como una centrifugadora
y encima
sin excusas
alcohólicas
o estupefacientes
a las que echarle la culpa
de que me sienta
viejo

hoy,
que la soledad
significa
sin ti

hoy,
me parece
que sigue
siendo domingo
igual
que ayer.

martes, 20 de noviembre de 2012

ENEMIGOS INVISIBLES



Cuando el amor llama puerta por puerta
y no quedan palabras
con las que responder…

En esta explotación
la raíz
la cantina
la lluvia
a destiempo
es
la crisis del lenguaje.
Cuando la palabra ha dejado de sustituir
la palabra
y ahora me vienes con tu boca extraña
y ahora tu habitual forma de decirme
que te vas
que ya no existes
que esto será lo último que me digas.

Están en guerra contra lo invisible
lo inexistente, lo innombrable
¿en qué invierno de nuestra habitación
viven los bonos, la prima de riesgo
y las veces que no supimos
a quien nos enfrentábamos
y que se hicieron nuestros enemigos
con el miedo en los ojos?

Cuando las voces
las pancartas
y este inconformismo de lo de fuera
se hacen pájaros invisibles
en tu casa
en tu anal-fabetismo
en tus hijos que te preguntan
¿por qué hoy no has ido al trabajo?

Cuando la palabra ha dejado de sustituir
mientras desayunas
tu silencio –esa protesta invisible-,
la palabra
o tus ojos
o tu miedo
o tu propia habitación.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Niebla

Yo dejé de existir.
Yo soy niebla en la mentira.

Así se destruía la última página
de nuestras vidas.

Todos hemos nacido vencidos
somos la derrota del pasado,
el cuartel de las grandes esperanzas
que se tiñe de invierno sin conquista.

Nos hemos perdido lejos
de la realidad,
nos peleamos por un desierto
sin salida.

Las noches nos desinforman
del lugar donde perdimos
la dignidad disfrazada de futuro.

Sufrimos el roce doloroso
de la historia,
como el desahucio de un beso
que hemos pagado
sin ninguna palabra.

De momento se desorientan
los pecados salvadores,
se mueven por el horizonte,
son el velo negro de nuestras dudas.