Este tiempo se presenta azul
y empieza a pesar
sobre los hombros,
no me quedan fuerzas
para levantar la mirada hacia ti
tan atractiva y solitaria.
Apenas comprendo
unas pocas comas
corriendo por tu cuerpo,
y ya no golpean estas noches
con su micrófono
gritando mi olvidar de tus zapatos.
Ahora nos vemos
sin que las horas transcurran,
tú te encargas
con tu mechero y
esos pícaros ojos
que te riman secretos,
de secuestrar mi día
para tatuarlo dulcemente
en tus labios.